Los combatientes de la guerra civil siria y los terroristas del Estado Islámico la utilizan para aumentar su capacidad de combate y para disminuir el miedo.

El llamado farmacoterrorismo consiste en la utilización de drogas con el objetivo de convertir a los terroristas en más poderosos y eficientes ejecutores de crímenes. Un arma que secuestra el cerebro y cuyos efectos se utilizan en beneficio de perpetrar el terror. ¿Cómo? Los estimulantes como la fenetilina, también conocida como Captagon, aumentan la capacidad de combate gracias a sus efectos psicoactivos. Además, disminuye la sensación de miedo, lo que les convierte casi en máquinas irracionales dispuestas a sembrar el terror.

El uso de este estimulante psicoactivo sintético, el Captagon, se ha relacionado con los combatientes de la guerra civil siria y los terroristas del Estado Islámico. Su mecanismo de acción es de gran complejidad. Uno de sus ingredientes es una anfetamina, pero, además, se une con otros estimulantes, dando lugar a un cóctel diverso que se libera en el  sistema nervioso central.

Los efectos se producen por una interacción entre dos metabolitos diferentes que se liberan cuando se ingiere el fármaco: teofilina y anfetamina.

 Pero ahora, un equipo de científicos ha logrado desentrañar la complejidad química de esta sustancia, conocida ya como la droga de los yihadistas. Y, lo que es más importante, han conseguido elaborar un compuesto eficaz para mitigar sus efectos.

Aunque los científicos eran conscientes de que las propiedades psicoactivas de la fenetilina difieren de las de otros estimulantes sintéticos, la complejidad química que se manifiesta en la ingesta de esta droga ha dificultado los esfuerzos para identificar, sin asomo de duda, las especies específicas responsables de estos efectos.

Utilizando un nuevo enfoque de la vacuna en ratones, un equipo liderado por Kim Janda descubrió el mecanismo de acción de la fenetilina. Es causada por una interacción entre dos metabolitos diferentes que se liberan cuando se ingiere el fármaco.

El estudio desarrolla una "disección mediante vacunación" que han denominado DISSECTIV y muestra cómo funciona esta droga: las propiedades psicoactivas diversas de inicio rápido del Captagon son facilitadas por la combinación entre teofilina y anfetamina. "Nuestros resultados demuestran que la vacunación contra una sola especie química dentro de una mezcla de varios componentes puede usarse para descubrir las propiedades que surgen de la actividad polifarmacológica", explican en el texto de la investigación, publicada por la revista Nature.

Además, los científicos anticipan que DISSECTIV se utilizará para exponer especies químicas activas no identificadas y para resolver interacciones farmacodinámicas dentro de otros sistemas químicamente complejos, como los encontrados en medicamentos falsificados o ilegales, muestras de tejido post-metabólicas y extractos de productos naturales.

El enfoque de la vacunación puede utilizarse para entender los mecanismos por los cuales otros fármacos complejos imparten sus efectos psicoactivos.

Las vacunas contra la droga son una gran promesa para evitar que más y más personas caigan en la dependencia de sustancias, pero plantea lagunas que deben ser cuestionadas. Para una persona con dependencia, no existe solo la desintoxicación, sino también la deshabituación, tal como plantea en una charla durante el evento Naukas Bilbao de enero de 2017 la bióloga química y experta en comunicación científica, médica y ambiental, Oihana Iturbide: "Se ha demostrado que durante el ritual de administración de una droga, antes de que se consuma, los receptores de dopamina de un persona con drogodependencia ya se activan".

Referencias:

Cody J. Wenthur, Bin Zhou & Kim D. Janda. Vaccine-driven pharmacodynamic dissection and mitigation of fenethylline psychoactivity. Nature (2017) doi:10.1038/nature23464.
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